Según un estudio publicado en 1980 por la Universidad de Arizona, entre otras propiedades y beneficios de la cúrcuma está mantener el organismo libre de inflamaciones provocadas por golpes o cuadros infecciosos. El responsable de su poder antiinflamatorio es la curcumina, un componente que inhibe la producción de las sustancias que estimulan las terminaciones nerviosas del dolor. Y por este motivo se considera que está indicada en personas que padecen artritis, dolores musculares y articulares, colon irritable, cefaleas, dolor de muelas o dolores menstruales, entre otros procesos inflamatorios.
Está contraindicada en caso de obstrucción biliar o cólico biliar, durante el embarazo y en el periodo de lactancia porque puede estimular el flujo menstrual y cuando se siguen tratamientos con anticoagulantes y antiplaquetarios porque tiene una ligera acción anticoagulante.
